Carta de los líderes de la iglesia canadiense: la Cumbre de las Américas

Señores Jefes de Estado y Gobierno, y a todos los hermanos y hermanas en la Cumbre de las Américas:

Como representantes de las iglesias del país anfitrión de esta Cumbre, nos unimos en darles la bienvenida y orar por que sus discusiones se vean iluminadas. Junto con millones de nuestros conciudadanos, estamos conscientes de que sus decisiones tendrán importantes consecuencias para la vida en las Américas.

Damos también la bienvenida a los participantes en la Cumbre del Pueblo y otros eventos alternativos similares. Vemos en ellos la sed de justicia social y un ardor por participar en las decisiones públicas que deberían animarnos a todos. Que toda voz levantada con sinceridad y preocupación sea recibida con respeto en este gran proceso de negociación.

Los acuerdos de integración económica que ustedes están negociando son verdaderamente complejos y ustedes enfrentan decisiones difíciles sobre controles y balances apropiados. Su complejidad, sin embargo, no significa que deban mantenerse escondidas de la vista pública. Hacemos un llamado por que se restaure una genuina transparencia y participación pública en sus negociaciones, incluyendo una plena responsabilidad democrática por parte de sus legislaturas nacionales.